Las teorías
filosóficas que se plantean no fueron ni serán nunca un producto de la
casualidad o hecho fortuito. Sino que debe entenderse, dependen del desarrollo
histórico de las fuerzas
productivas y de las relaciones sociales,
también de las concepciones
filosóficas generales del hombre, de
su naturaleza y de su papel en la
vida social.
En cuanto a la
del hombre, la concepción Idealista
se manifiesta básicamente en dos formas:
a) Mediante el
análisis de la denominada "Esencia Humana".
b) Mediante el
análisis de la denominada "Existencia Humana".
El análisis de la "Esencia Humana":Esta teoría es la más antigua y la más utilizada.
Se caracteriza por ser metafísica e histórico
con respecto a las ideas y definiciones. Señala que la existencia humana es fija desde los tiempos primitivos. La pedagogía
de la esencia, dominante en el pasado, sobre todo en la antigüedad y la edad media, va
desde Platón, hasta los neotomistas
de hoy. Aquí el hombre tiene una esencia o naturaleza inmutable y eterna, por
lo tanto son metafísicas e históricas.
Por mirar
hacia el pasado se les llama también
tradicionalistas. Si el hombre
tiene una esencia inmutable, los fines de la educación
tienen que ser también inmutables, universales, absolutos
e iguales en todas partes. En sus
consecuencias prácticas la educación será
repetitiva, autoritaria, pasiva, tendrá
mucha importancia el conocimiento, los planes de estudio serán fijos. Se rechaza el espíritu
crítico, la iniciativa, la creación y la rebeldía. Se busca
imponer la verdad. Su método es la clase
magistral. La obediencia se transforma en
temor. Sus principales exponentes modernos son: Jacques
Maritaín y Roberto Hutching.
El primero es un neotomista que ofrece mucho interés en nuestra América. En el marco de
esta concepción general
hubo distinciones, sin embargo
todas las concepciones diferenciales mantienen
la convicción de que existe para todo
hombre un grupo de elementos
constitutivos que determinan su "llegar a ser", que se manifiestan
de modo distinto en su concreta existencia empírica.
Sobre la base de esta concepción metafísica surgieron las aspiraciones de determinar: Qué es el hombre en concreto y qué constituye su "verdadera esencia"; es decir aspiraciones a juzgar al hombre
concreto, según "su esencia".
Por ejemplo los racionalistas, afirmaban la invariabilidad de la naturaleza humana
mediante la enseñanza de las
"ideas innatas" y por esto
la educación sólo puede entenderse como
una ayuda a la especial disposición
innata (Descartes). Con aparente antagonismo, los sensualistas, señalaban que la idea del niño,
constituía una "tabula
rasa" de experiencias, no comprendieron en absoluto el proceso evolutivo
histórico del hombre. La suma de estas experiencias era importantes para
el proceso evolutivo
individual, pero no variaba nada fundamentalmente de la estructura del hombre. No
tenía importancia para el "género", no tenía pues historia
tenía sólo una biografía (Jhon
Locke).
Por otro lado,
el pragmatismo se contrapuso al
racionalismo, pero lo hicieron no por
ser históricos, sino por su "carácter abstracto" y por su rigidez.
El pragmatista negó la historia como proceso objetivo y no alcanzó tampoco a comprenderla. Acepto el desarrollo de las capacidades individuales en la vida y no
concibió el desarrollo de la humanidad.
Cuando habló de la historia, lo hizo sólo en las categorías
de la escuela del éxito individual. Por eso los pragmáticos no se distinguen de los racionalistas, sino que se revelan propiamente corno un racionalismo extrovertido.
La filosofía
de la cultura,
arranca de la
filosofía de Hegel. Su
discípulo
más caracterizado en la educación fue Dilthey, quién en sus obras expone el proceso de formación del "mundo histórico" y el proceso de
desarrollo histórico del hombre. Sin
embargo constituyó sólo un resurgimiento de
la concepción metafísica,
aunque con un disfraz histórico. El verdadero contenido
de la filosofía de la cultura
fue buscar eternas
constantes de la naturaleza humana,
que se ocultan en el curso del desarrollo histórico.
El análisis de la existencia humana:
Esta corriente
se opone desde el renacimiento a la
teoría esencialista. El existencialismo trata de las corrientes filosóficas que se sitúan en el periodo de la actuación del marxismo
y cuyas fases de desarrollo más importantes
están en el siglo XX. Comprende todas aquellas corrientes que no quieren
solventar el problema de la enseñanza, sobre la base de
las concepciones apriorísticas del hombre, sino en la consideración del contenido existente de la vida humana.
Esta corriente
señala
también,
que
en
el orden humano
la existencia
precede
a
la
esencia. Los valores humanos surgen, en el proceso histórico
y. se enriquecen con el
desarrollo cultural y tienen un carácter
cambiante. La filosofía educativa existencialista no tiene un fin único y universal, sino una multiplicidad de fines cambiantes que varían
según las circunstancias históricas y geográficas y aún de un individuo
a otro. Concibe la verdad como un proceso en constante perfeccionamiento a lo largo de la historia.
El proceso educativo no tiene un fin más allá de si mismo, el es su propio fin.
Es importante el proceso educativo y todo lo que favorezca al crecimiento. Le interesa el futuro y concibe
a la educación en constante cambio y permanente experimento. A
esta concepción se les
llama también experimentalistas,
naturista, instrumentalistas,
progresista, etc. Sus antecedentes se encuentran en Rousseau, Froebel, Pestalozzi. A
principios de este siglo dieron origen a la Escuela Nueva
y a la Escuela Activa, así como al pensamiento de Montessori. Su aparición causó resistencia en todos los niveles,
pues se creyó que venía a destruir el sentido mismo de la educación y de sus fines y que
ponía en
peligro la moral
aceptada. Según
Dewey los
principios de continuidad e
interacción no pueden separarse, la unión de ambos criterio;
de la medida del valor de una experiencia, consecuencias prácticas, se toma en cuenta las
peculiaridades individuales, flexibilidades del plan de estudios, del horario, de los métodos, los contenidos educativos y el momento en que se lee. No interesa tanto lo que se aprende sino la medida que se crece. Los
cursos son monográficos, la actividad
dirigida por el intelecto. Los planes y la evaluación serán hechas por los alumnos, etc.
La concepción
idealista de la "esencia humana" se esforzó en oponerse a la
concepción de la existencia real del hombre. Este hecho
llevó a una interesante evolución de
la concepción existencialista y al debilitamiento
de la posición esencialista. La concepción
existencialista del hombre se manifiesta
de modo cada vez más potente, en las diversas variaciones
del naturalismo pedagógico, en la pedagogía liberal, en la
pedagogía funcional psicoanalítica y
en la pedagogía
pedocéntrica. Conduce a
veces a la liquidación de la actividad educativa, a la pasiva
indicación de una maduración
irracional del niño.
En el siglo XX
se llevó acabo una lucha al interior
del esencialismo entre los que interpretan los
conceptos de cultura personalidad como conceptos normativos, que extraen sus fuerzas de la concepción
del "hombre eterno" o de los "eternos valores Culturales" y aquellos que creen en que, estos
conceptos expresan exclusivamente el impulso
creador de la vida, que se manifiesta
en la voluntad y en la inclinación del individuo. Esta lucha afectó a los círculos
cada vez más amplios y la tendencia
existencialista logra realizar una escisión en el campo esencialista. Es en este siglo se
comenzó a desarrollar la pedagogía existencial cristiana, especialmente protestante. Como consecuencia de lo mencionado, la concepción tradicional de la esencia del hombre, es cada vez mas atacada
por aquellos quieren determinar al hombre sobre
la base de su existencia. El modo
de concebir esta existencia es
liquidando a la superestructura normativa,
tal
como quería la teoría
tradicional
de
la
esencia
del hombre.
Finalmente pese a la lucha constante de ambas concepciones, existen coincidencias en
la convicción de que la educación debe precaverse de revoluciones. Esta coincidencia
de la
pedagogía existencialista con la pedagogía esencial tradicional expresa la profunda
coincidencia de las dos concepciones del hombre, que
fueron formulados por el pensamiento burgués
y que debían fundar el orden social capitalista
como
justificado y eterno. Así mismo,
para ambas existe
una oposición profunda entre la
teoría y la práctica.
También ambas encuentran que la
filosofía de la educación ejerce una casi jurisdicción sobre la pedagogía.
En la teoría de la esencia
por medio de un proceso síntesis
o generalización, en la teoría de la existencia, por un proceso de construcción
pragmática.